Santiago Aguado es un profesional que trabaja sin prejuicios para lograr armonizar referencias íntimas con ese mundo exterior cargado de circunstancias. Y lo que en principio es caótico – vacío, nada – se ordena con los fundamentos geométricos que aparecen como básico para que después cuando el vacío se llena y la nada ha dado paso a algo, tenga sentido. Santiago Aguado, que expone en la Galería Klímt en este principio de curso, es un artista perseverante con un proyecto que se inició en los 70 con exposiciones en el Hostal de los Reyes Católicos de Santiago y el Palacio de Congresos y Exposiciones de Madrid, y lo ha seguido ejercitándose en el conocimiento, experimentando materiales y manteniendo un discurso que tiene mucho de emocional. En los 80 realizado muestras personales en El Tiemblo, Lorca, La Palma, Badajoz, Nueva York, y participado en numerosas colectivas dentro y fuera de España.
También fue galardonado con el premio internacional APREY en la II semana de América en Madrid. Y en los 90 ha mantenido su línea de acción con esa dinámica que ya en 1976 le llevó a participar con otros artistas en la creación del colectivo conceptual “La Familia Lavapiés”.
Para este autor -una obra artística es, además de una referencia, personal, una ayuda pocas veces valorada, porque ilumina en mayor o menor grado el universo caótico que todos deseamos organizar-. Y él lo hace en su parcela, construyendo una cosmología en la que razón y emoción alumbran el acorde.